Apenas un mes ha transcurrido desde que el curso escolar 2023-2024, abrió sus puertas a un mundo de conocimientos y nuevas experiencias educacionales en toda la geografía centro-sureña.

En el municipio cabecera resultó grande el esfuerzo y el resultado positivo del inicio, bien ha valido el reconocimiento que los delegados de la asamblea del Poder Popular, en reciente sesión, hicieron patente a quienes cumplen la importantísima misión de enseñar y preparar para la vida al más joven relevo. Ese mismo órgano de gobierno, dedicó parte de su agenda a analizar las luces y sombras de este primer paso y el propósito es bien entendido porque no basta con un buen comienzo; el decurso y el cierre han de ser también satisfactorios porque deviene evidencia de que lo previsto ha sido cumplido.

Si bien se reconoce la búsqueda de alternativas para suplir el déficit de maestros, se enfatiza en la atención a los mismos; principalmente a aquellos jóvenes del cuarto año de la Escuela pedagógica “Octavio García”, quienes ya están frente al aula asumiendo el reto de educar, como lo hacen los muchachos de la Universidad, integrantes del contingente Educando por amor. A ello se suman esos veteranos que continúan frente al pizarrón, transmitiendo sus conocimientos, su sapiencia y amor para que mañana podamos tener hombres y mujeres de bien.

No menos importante resulta el cuidado de los recursos disponibles: desde los lápices hasta los textos. Para estos últimos el país ha desplegado esfuerzos inimaginables para imprimir los correspondientes al tercer perfeccionamiento. Como grande resultó el despliegue para dotar a las instituciones educativas de las condiciones mínimas indispensables para acometer un curso escolar que se extenderá por 46 semanas (recordemos que durante la Covid-19 se realizaron sucesivas adecuaciones).

Mucho hay por hacer, Por ejemplo, en el municipio de Cienfuegos, ha de prestarse atención a la formación de pos grado de los docentes, sobre todo en el orden doctoral, pues en el territorio nose cuenta con ningún maestro que ostente esa categoría y no se trata de una formación a ultranza o para llenar números; es una necesidad impostergable.

Otro reto deviene la retención escolar, el permanente vínculo de la familia y la comunidad con los centros docentes; la búsqueda de variantes para evitar que los alumnos, por la razón que sea, no reciban docencia y se les vea de un lado a otro.

No basta con un inicio “con buen pie” como decimos en buen cubano. El mayor reto está, quizás, en que ese “fijador” tenga comportamientos adecuados en las 101 instituciones educativas del municipio de Cienfuegos y el resultado sean niños, adolescentes y jóvenes mejor preparados para la vida y para servir a la Patria.

Por Tay Toscano Jérez

Licenciada en Periodismo. Master en Ciencias de la Comunicación. Periodista en la Editora 5 de Septiembre.

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