En el 2022, la televisión cubana recibió un soplo de aire fresco con el estreno de Calendario, la primera incursión de Magda González Grau como directora en el género, con guion del siempre certero Amílcar Salatti. Desde el primer capítulo, la serie se convirtió en una cita dominical imprescindible para el público televidente.

Una nueva temporada demostró que segundas partes sí pueden ser buenas. Con un elenco y equipo de producción más experimentado, la serie superó incluso las expectativas creadas por su exitosa primera entrega, ofreciendo giros inesperados, emociones intensas y una calidad visual impecable, Calendario exploró diversos aspectos de la vida de sus personajes, ofreciendo una mirada auténtica y conmovedora sobre la juventud cubana.

Con el final de la segunda temporada, quedaron historias inconclusas y nuevas tramas por explorar, señalando un crecimiento y madurez en los personajes. Hoy, los cubanos aguardan el esperado regreso a la pantalla chica a través de su tercera y última entrega. Sobre este nuevo capítulo conversamos con Magda González Grau, quien nos ofrece una visión exclusiva de lo que podemos esperar en esta conclusión.

Nuevos conflictos y personajes se suman a Calendario en su tercera temporada y final. Fotos: Cortesía de la entrevistada.

— ¿Qué novedades y conflictos podemos esperar en la tercera temporada de Calendario?

«En esta tercera temporada, hemos tenido en cuenta las sugerencias e inquietudes del público, especialmente a través de una investigación social realizada por el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Radio y la Televisión. Temas como la religión y las personas en situación de discapacidad fueron demandas importantes que decidimos abordar en esta ocasión.

«Después de considerar diversas religiones, decidimos darle preponderancia a la cristiana en esta temporada. Annabel Novo, quien hace su debut en la serie defendiendo a una joven religiosa, y Ray Cruz en el papel de su padre, son dos de los nuevos personajes que aportan profundidad a esta temática.

«También hemos incorporado a Enmanuel Castillo en un rol completamente diferente al que interpretó en la telenovela El derecho de soñar. Él será uno de los nuevos estudiantes del 12mo 3; un joven en situación de discapacidad. En este conflicto, juega también un papel importante el actor Carlos Solar, quien interpreta a su padre.

Los actores Enmanuel Castillo y Carlos Solar se unen al elenco de la serie e impactarán el núcleo familiar de Vladimir (Frank Daniel Martínez) y su mamá (Yaremis Pérez). Foto: Cortesía de la entrevistada.

«Además, contamos con Ulises González, Rosalí Suen y la introducción de los padres de Sofía, interpretados por Yuny Bolaños y Roberto Salomón.

«Por otro lado, como es habitual, Amalia enfrentará a un nuevo antagonista, en este caso interpretado por Patricio Wood, quien da vida a un profesor homofóbico pero excelente docente. Todos los actores se adaptaron fácilmente al espíritu de Calendario y aportaron frescura y profundidad a sus roles.

«Además de estos nuevos elementos, abordamos una amplia gama de temáticas que van desde el otorgamiento de plazas hasta la eutanasia — en el personaje de Natasha Díaz — , pasando por problemáticas como la violación, la droga, la emigración, las relaciones intergeneracionales, la homofobia y mucho más».

— ¿Cómo fue el proceso de inserción de nuevos personajes y actores en esta última temporada?

«El proceso de incorporación de nuevos personajes y actores fue muy satisfactorio. Siempre llevamos a cabo un casting para asegurarnos de seleccionar a los mejores intérpretes. Aquellos que no participan en el casting son elegidos a través de un proceso de selección igualmente riguroso. Es importante mantener la armonía que hemos logrado durante las dos temporadas anteriores, por lo que no podemos permitir que alguien que no encaje interfiera en ello.

«La integración de los nuevos miembros del elenco fue natural y coherente. Tanto aquellos que ingresaron como los que ya estaban disfrutaron del proceso y contribuyeron al ambiente positivo en el set».

— ¿Qué solución dieron a las historias de personajes cuyos actores ya no forman parte del elenco por diversos motivos?

«A los personajes que no continúan se les brindaron salidas diversas, procurando evitar que todas estuvieran relacionadas con la emigración. En la vida real, los grupos de amigos que comienzan juntos en noveno grado a menudo se separan antes de llegar al duodécimo.

«Hubo razones específicas para enviar a Bruno de regreso a España y para que Beyoncé interrumpiera su embarazo y dejara de aparecer en la serie. En el caso de Nohemí, se decidió que se separara de Orestes y se mudara al Vedado para estudiar en un colegio universitario, cursando la carrera Licenciatura en Matemáticas desde el duodécimo grado.

«Buscamos mantener la coherencia en las salidas de los personajes. En el primer capítulo de la temporada, se explica dónde se encuentran cada uno de ellos. Por ejemplo, Melissa enfrentaba un conflicto importante que no queríamos pasar por alto. Por eso, desde la temporada anterior, resolvimos su historia con dos escenas donde descubre que su padre es pedófilo. Decide entonces irse con su abuela a otra provincia y desde allí investigar el pasado de su padre y exponerlo».

Calendario 3 contó con un equipo de producción comprometido y fieles a la estética lograda en las dos entregas precedentes. Foto: Cortesía de la entrevistada.

— Desde el punto de vista de la realización audiovisual, ¿cuáles son las diferencias más destacadas entre esta temporada y las anteriores?

«En esta tercera temporada, comenzamos con el trabajo de Vladimir Barbarán en la fotografía, quien también estuvo a cargo en la primera temporada. En la segunda temporada, Ana María González se encargó de este aspecto. Aunque Vladimir no pudo concluir su trabajo en esta entrega debido a compromisos fuera del país, logramos mantener la cohesión visual que habíamos planificado desde el inicio. A pesar de los diferentes directores de fotografía, hemos conseguido una unidad estética en toda la serie.

«Además, hemos realizado un cambio en el editor, ahora contamos con Rafael García, quien comprende perfectamente el ritmo de la serie. Mi presencia constante durante el proceso de edición ha contribuido a garantizar esa cohesión visual que tanto valoramos. A pesar de los tres años transcurridos y los diferentes especialistas involucrados, se ha logrado mantener la misma calidad y consistencia en la realización audiovisual de Calendario».

— Mirando críticamente el resultado de esta nueva temporada, ¿hay aspectos con los que se siente insatisfecha?

«Siempre me siento insatisfecha con lo que hago. Cuando estoy en la sala de edición o incluso durante la grabación, a menudo tengo la sensación de que la escena no quedó como esperaba. Esta insatisfacción no es hacia los actores o los especialistas, sino hacia mí misma.

«A veces, la realidad de enfrentar tantas dificultades durante la producción me abruma, y entonces me veo obligada a conformarme con un resultado que no alcanza mis expectativas o mis sueños. Sin embargo, siempre encuentro aspectos con los que no estoy satisfecha. Nunca estoy completamente satisfecha con mi trabajo porque soy muy crítica conmigo misma.

«Esta autocrítica me permite aprender constantemente. Cada vez que identifico un error en una grabación, me comprometo a no repetirlo en el futuro. Así es como trato de mantenerme rigurosa y no conformarme con lo que ya he logrado».

Calendario ofrece una mirada auténtica y conmovedora sobre la juventud cubana. Foto: Cortesía de la entrevistada.

— ¿Cómo fue la colaboración con el guionista Amílcar Salatti y el resto del equipo creativo para desarrollar los arcos narrativos y los diálogos de esta temporada final?

«El trabajo con Amílcar realmente fue maravilloso. Es un hombre extraordinariamente inteligente y también un autor muy creativo. Cuando surgía alguna necesidad o conflicto con algún personaje, siempre aportaba soluciones extraordinarias. Trabajamos muy unidos, con todo el equipo muy involucrado. Las asesoras, él y yo estábamos completamente comprometidos con la serie.

«Creo que no solo en la tercera temporada, sino en todas las temporadas, fue un placer construir los personajes y los conflictos. Cada vez que recibíamos el guion de Amílcar era como un regalo sorpresa, realmente lo disfrutábamos mucho. Ahora no quiero trabajar con nada que no sea escrito por él. Él me ganó — soy su «cruz» — , y si no escribe para mí, no tengo trabajo. Así de simple».

— Como directora de la serie, ¿cuál ha sido su principal objetivo desde el inicio del proyecto y siente que lo ha alcanzado con esta temporada final?

«El principal objetivo, no solo mío como directora, sino de todo el equipo creativo, fue enaltecer la figura del maestro, porque de ahí surgió todo. El maestro es una persona tan importante en la vida de los seres humanos que era necesario enaltecerlo, plantear los problemas y conflictos que enfrenta, pero al mismo tiempo demostrar lo que significa un maestro en la vida de los alumnos.

«Además, con respecto a la sociedad, queríamos transmitir que, a pesar de la crisis que enfrentamos desde hace muchos años, lo que no se puede perder son los valores humanos: la solidaridad, la generosidad, la honradez, y la idea de que uno no está solo, sino que está rodeado de otras personas que pueden estar en situaciones mejores o peores, pero que están ahí.

«Hay momentos en los que uno puede desesperarse, incluso pensar en rendirse, pero es crucial levantarse y seguir adelante porque la vida es un regalo. Siempre les digo a mis alumnos que la vida es un regalo y que hay que saber aprovecharlo, a pesar de todo. Por eso, siempre enfatizo dos palabras: amor y esperanza. Estos fueron los sentimientos fundamentales que impregnaron toda la producción de Calendario. En una ocasión me sumaron otra palabra: entrega; también la asumí, pues realmente son personas entregadas a la sociedad y a su vocación».

— ¿Hubo alguna escena o momento memorable durante la filmación de esta temporada que le gustaría destacar, ya sea por su complejidad técnica o por su significado emocional?

«En realidad, grabar cada escena fue un momento memorable para mí. Durante tres años, tuve momentos significativos como realizadora, enfrentando retos y aprendiendo de cada situación, ya sea que las cosas salieran bien, regular o incluso un poco mal.

«Hubo una escena en particular en la que tuve que ser firme con Clarita García (Amalia), era la escena final en el aula con el grupo que ella trajo desde noveno tres. Esta serie es muy entrañable para ella y significa mucho de alguna manera. Sabía que sería la última escena con el grupo, así que realmente se emocionó mucho, se conmovió y se puso triste.

«Pero yo le dije: “¡No! No puedes dejar que tus ojos se humedezcan, ni deprimirte, ni permitir que se refleje lo que sientes como Clarita. Tú eres Amalia, y Amalia es imbatible. Amalia pasa por encima de todo. Lo importante para Amalia es que esos muchachos continúen sus vidas con la impronta que tú les has dado y que sean felices. Tú también debes ser feliz, a pesar de esta pérdida. No impartirás más clases, pero ya has hecho lo que debías hacer. La fuerza supera incluso las pérdidas”.

«Tuve que ser dura. Finalmente, como la gran actriz que es, logró la escena. Cuando dije “¡Corten!”, nos abrazamos. También estaba muy triste porque sabía que era la última escena con esos muchachos. Eso nunca se me olvidará, porque siempre tuvimos la emoción a flor de piel, pero nos sobrepusimos para cumplir con nuestro deber en el set. Ese fue el momento más especial para mí».

— ¿Cuál cree que sea el legado más importante que dejará Calendario tanto en la televisión cubana como en la memoria de los espectadores?

«Ahora mismo me encuentro en Santa Clara, donde estoy en contacto con realizadores de todo el país debido a mi participación en vigésimo Festival Nacional de Telecentros y Taller de Creación Televisiva. Es realmente impresionante escuchar lo que la gente me cuenta sobre Calendario.

«La proyección del primer capítulo de la tercera temporada como parte de la premier ha tenido un impacto significativo. La reacción del público fue conmovedora; muchos lloraron durante este capítulo, que es una introducción a los conflictos que se desarrollarán a lo largo de la temporada. Escuchar cómo la gente considera a Calendario como un mito en sus vidas es revelador. Creo que hemos logrado sembrar algo importante en la audiencia y en los realizadores. Hemos inspirado desafíos y hemos generado un estímulo para mejorar.

«Ayer, participamos en una sesión extraordinaria sobre la gestión de contenidos. Hablamos sobre cómo han sido abordados temas sensibles en Calendario sin que el público los rechace o los considere ofensivos. Es impresionante escuchar los comentarios de la gente en la calle, así como los mensajes que recibimos a diario. Es gratificante saber que hemos logrado algo significativo, no solo en términos de la televisión cubana, a la que he dedicado mi vida laboral, sino también en términos de impacto social. Si la serie permite a la gente reflexionar sobre su realidad y aspirar a ser mejores seres humanos, entonces considero que ese es el legado más importante de Calendario».

— Ahora que Calendario llega a su fin, ¿qué planes o proyectos futuros tiene en mente como directora y guionista, y cómo cree que esta experiencia influirá en su trabajo futuro?

«No puedo evitar pensar en cómo Calendario influirá en mi trabajo futuro. En este momento, no estoy dispuesta a hacer nada que esté por debajo del estándar que ha marcado. Sé que será un desafío, porque si esta serie ha dejado una marca en el gusto y la valoración del público, cualquier proyecto que emprenda será comparado con ella. Me encuentro en una encrucijada en ese sentido.

«Actualmente, estoy preparando una historia para un telefilme. Antes de venir a Villa Clara, realizamos el casting. La historia aborda un tema complejo: el suicidio en la adolescencia, y también incluye a un personaje deambulante. Está escrita por Amílcar, pues como comenté anteriormente, estoy decidida a trabajar solo con él. Es una historia hermosa para Una calle mil caminos.

«También tengo otro proyecto en mente, una serie escrita por Amílcar y Joel Infante llamada Cuarteto. Estoy explorando esta idea y Amílcar me está ayudando. No quiero detenerme ahora. Aunque tengo problemas de salud, específicamente en la cadera, mi mayor preocupación no es tanto mi capacidad para caminar en el futuro, sino mi capacidad para seguir trabajando. No quiero detenerme. Sé que el tiempo es implacable, pero tengo muchas cosas por hacer, muchas historias que contar como realizadora, que considero importantes para nuestra sociedad».

— Finalmente, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a los seguidores de la serie y a aquellos que aún no la han visto, especialmente con respecto a esta última temporada?

«El mensaje es sencillo: ¡Ojalá les guste! Nos esforzamos por cumplir las expectativas, pero al final, el público siempre tiene la última palabra. Así que esperamos que les guste, que la disfruten. Ojalá, igual que ha sucedido con las otras temporadas, en cada capítulo se genere discusión y reflexión dentro de las familias sobre los temas que estamos abordando, que son los temas de nuestra vida y de nuestra sociedad».

Por Alma Mater

Revista de la Federación Estudiantil Universitaria.

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