Niños, maestros, padres; todos caminan hacia la figura del Apóstol. A su lado la bandera de la estrella solitaria ondea libre. 170 años después sus ideas siguen en ese niño disfrazado de Meñique, la pequeña Bailarina Española y en cada flor depositada en los bustos y esculturas que mantienen en piedra su figura.
Este es el momento de padres apurados detrás de niños ansiosos por poner sus flores de primero, es el momento de una Nene Traviesa que abraza a su muñeca todavía con brazos.

No sólo la poesía infantil se recuerda hoy de Martí, sino también sus ideas acerca de la Patria, de los niños y sobre nuestra independencia, que hoy todavía se ve amenazada.
170 años han pasado pero todavía en Cuba se habla de José Martí con orgullo y respeto y todavía los niños quieren parecerse a él. Entonces el futuro está seguro en esos niños que le llevaron una flor hasta su monumento y lo acercaron un poco más a su corazón.