El uso «exclusivo» de cigarrillos electrónicos, práctica conocida como vapeo, presenta más riesgos para la salud relacionados con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la hipertensión que fumar cigarrillos convencionales, según un estudio publicado en Nicotine & Tobacco Research.
«Existe una gran incertidumbre sobre el daño relativo de los cigarrillos electrónicos en comparación con el tabaquismo tradicional», señala Michael Blaha, profesor de cardiología y epidemiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.).
«Hasta ahora, se han obtenido escasos datos longitudinales en conjuntos de datos amplios y de alta calidad que vinculen el uso exclusivo de cigarrillos electrónicos con la aparición de nuevas enfermedades cardiometabólicas», agrega el especialista.
Los científicos usaron datos de casi 250 mil individuos divididos en cuatro grupos: vapeadores, fumadores de cigarrillos convencionales, fumadores y vapeadores y no fumadores. El estudio se extendió durante más de cuatro años.
Durante el periodo de seguimiento, los investigadores encontraron más de 23 mil casos de hipertensión, más de 13 mil nuevos casos de diabetes tipo 2 y cerca de 8 mil casos de EPOC. Al final, los usuarios de cigarrillos electrónicos eran más propensos a desarrollar EPOC. Un subgrupo específico de entre 30 y 70 años presentaba un mayor riesgo de hipertensión.
Sin embargo, no se relacionó de forma significativa con la insuficiencia cardiaca, la enfermedad cardiovascular aterosclerótica o la diabetes de tipo 2. Asimismo, se evidenció que el vapeo es menos nocivo que el tabaquismo habitual, aunque los riesgos para la salud siguen siendo elevados.
La EPOC se produce cuando los pulmones no dan abasto y la persona que la padece le cuesta respirar durante largos periodos de tiempo.