El cambio de ambiente se siente por primera vez cuando pasas Centro Cubano, sede de Teatro de los Elementos. Luego debes seguir y llegando a Crucesitas sientes otro cambio. Desde allí para arriba, antes de llegar al Parque Natural El Nicho, posiblemente debas descompresionar una par de veces.
Allí la naturaleza exuberante de Cuba, y del Escambray, te sobrecoje, te hace sentir insignificante. Árboles centenarios, trillos recorridos antes por arrieros y animales salvajes hoy son ruta de turistas y amantes de la naturaleza.
El agua pura de los ríos de la montaña siempre es fría. Y cuando no llueve es clara como espejo.
Los árboles de la ruta turística tienen sus nombres en tablas de madera de la zona y cada cierta distancia hay recolectores de basura hecho de los propios materiales, en este caso de Yagua de palma real. Los guías turísticos siempre te explican que los desechos se deben depositar allí y no en el camino.
Cada cierto tiempo te cruzas con visitantes que vienen de las cascadas o de alguna poceta. Cubanos y extranjeros caminan juntos por los mismos trillos.
El Parque Natural El Nicho, enclavado en las montañas de la provincia de Cienfuegos, es uno de esos lugares donde uno debe ir para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, lejos del bullicio de ciudades, autos, fábricas y modernidad.
Las ofertas de cafetería y restaurante son limitadas, pero están excelentemente preparadas y con precios muy atractivos, con comidas tradicionales y algunas bebidas nacionales e internacionales, acompañada durante el almuerzo con música cubana en vivo.
Visitar El Nicho es una buena opción de recreación para cubanos y visitantes extranjeros amantes de la naturaleza, un espacio agradable y en contacto con la naturaleza exuberante del Caribe insular.