Que siempre perdure el arte del clown en Cienfuegos

Uno de ellos es más locuaz que el otro, pero conforman una pareja que se mueve con soltura a través de la comunicación mucho mejor que el resto. Así son Yexela González y José Adrián Fernández, quienes han dedicado media vida al arte de las tablas, cultivados en las canteras de Teatro Tuyo, agrupación insigne con más dos décadas formando a profesionales cubanos en el arte del clown.

“Chela y Chopete tienen incluso más tiempo”, expresa Yexela, quien asegura que celebran solo 15 años de vida artística, de arribo al mundo teatral, pero desde mucho antes viene germinando la semilla por el desarrollo del espectáculo y el entretenimiento.

“Me gusta decir que ha sido un quinquenio de mucho aprendizaje, evolución, búsqueda, encuentro, desencuentros, hallazgos colectivos, de nuevos caminos que en el mundo de la dramaturgia viene a ser un plano volcado hacia dentro; de introspección, como lo es en sí el arte del clown que realizamos”, asevera con orgullo esta mujer, que además es una madre emprendedora de este siglo.

Para ella, el oficio es una búsqueda constante de cómo perfeccionarse y hacer un mejor trabajo cada día, que va mucho más allá de regalar sonrisas. “Yo confío mucho en la responsabilidad social que tenemos con estos personajes. Cuando José Adrián y yo estamos trabajando, jamás olvidamos el respeto hacia la familia, hacia la infancia. Para nosotros es muy relevante el diálogo en torno a los valores familiares como principal unidad social. Esa posibilidad que tenemos de llegar y hablarles a los hombres y mujeres del mañana es algo que nos guía en cada paso que damos”, comparte.

El aprendizaje recibido por años en Teatro Tuyo le ha permitido a la dupla dejar claro a los públicos que el oficio de marras es mucho más que adicionar zapatos, sombreros, pelucas y colores a los protagonistas. “Esa representa solo su forma externa. Es un vínculo complejo, y tiene relación con la conexión que se establezca con las personas. La risa es solo un puente que lo facilita.

“Cuando un adulto, un niño asiste a una de las funciones y se ríe durante esos 45 minutos del show, pero no lo hacemos reflexionar, ese día únicamente lo habrá pasado bien, pero la magia no habrá fluido entre ellos y nosotros”, afirma. Eso es justo lo que anhela este dúo, además de aspirar a que se sumen otros miembros de la familia al pensamiento y la meditación a través de las situaciones que son llevadas a cada peña.

Los artistas todavía tienen una vieja dicotomía sobre cómo vivir del arte que realizan sin “contaminarlo”. O sea, cuesta deshacerse de la falsa creencia de que si se comercializa, pierde valores. Para Yexela y José Adrián, ganarse la vida haciéndolo de la forma que eligieron ha sido uno de sus principales logros personales y profesionales. “Cuando conseguimos tener un negocio que tuviera el espectáculo como núcleo, y que disfrutara de esa gran pilastra que representa hoy la compañía Cumplesueños, como estructura que siempre nos respalda, es un privilegio.

“Debido al factor económico, no todos pueden ser nuestros clientes. Por eso es que surge la idea de crear un espacio que permitiera acercarnos a la comunidad, a la familia más alejada o aquella que no posee holgura económica”, subraya. Así es como nace la primera temporada del programa Chela y Chopete, amigos eternos, cuyo proceso demoró bastante, según refiere. “Llevó mucho esfuerzo, ya que fungimos como guionistas e igualmente también en el papel de directores en varias emisiones”.

Hoy, la obra de ambos payasos no solo está recogida en el hermoso documental titulado Tomados de la mano, de la realizadora Rita Arbolay Abdo, sino que se esparce desde las plataformas digitales por todo el orbe. “Nuestra página de Facebook y sobre todo el canal de Youtube han tenido muy buena aceptación. Es una satisfacción tremenda que uno de los materiales que están ahí tenga más de 37 mil visualizaciones. Constituye un regocijo inmenso que nuestro trabajo llegue a infantes que están a miles de kilómetros de distancia”, asegura.

Así pues, el clown llega a ser una labor ardua, de constante perfeccionar habilidades, de conseguir recursos para los espectáculos, etc. “El quid está asimismo en cómo ‘enamoramos’ al público sin caer en repeticiones que lastren el repertorio durante las presentaciones.

“Gracias a Dios, comparto mi vida con un ser de luz, que es el payaso Chopete, en quien recae la mayor responsabilidad para poder llevar los asuntos del emprendimiento y una maternidad más llevadera (…)”. Ojalá los adultos del mañana visiten a esta colorida y talentosa pareja, y les rememoren que formaron parte de sus infancias, que los disfrutaron, los hicieron reír y meditar. No existirá mayor regalo y placer para ellos.

Por: Delvis Toledo De la Cruz / 5 de Septiembre Digital

Por Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Filología. Periodista de la Editora 5 de Septiembre.

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