Manuel Villafaña Sacerio, El Villa como le conocemos en el gremio periodístico, llevaba muchísimos años sin exponer…, hasta hoy. Porque este viernes el «papá» de Los Gemelos inauguró, acompañado de numeroso público y amigos, la muestra ‘Catarsis’, recopilación por los 25 años de esa ventana de abordaje a «las mutaciones sociales y económicas que azotan a la ciudad».
Bolsas de nylon, jabas de igual material, tela y hasta alambrón son algunos de los materiales que le dan vida y cobijo a los populares personajes de la «lomita» en la pequeña galería Mateo Torriente, del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), donde permanecerá abierta al público todo este mes de octubre.

Esos dibujos, habituales en las ediciones impresas primero, luego también digitales, del periódico 5 de Septiembre y la revista humorística trimestral La Picúa, medios de los cuales El Villa figura en la lista de fundadores, comenzaron como un chiste de ocasión, aquel de la montaña que crece con la tierra en las raíces de las lechugas compradas en el organopónico.
«Fue simplemente una broma, consistente en dos personajes que dialogan en lo alto de una loma, cuyos rostros nunca vemos. Sólo aparecen los globos de sus diálogos, unas veces con más texto, otras reducidas a una pregunta y su respuesta», comenta el diseñador y caricaturista.
Pero siempre cáusticas. Más de una vez la columna gráfica del «5» fue vista con ojos de pocos amigos por quienes se vieron «retratados» de cuerpo completo en la denuncia de la sección más añeja de nuestro semanario provincial, y a cuyo aniversario 45 estuvo dedicada la muestra inaugurada hoy.
Porque como señala el crítico de arte Jorge Luis Urra Maqueira en material dedicado este viernes a Los Gemelos, ellos «son cronistas de una realidad problémica. En la aventura de los diálogos socráticos se produce la controversia de estos hermanos inconformes, que intentan explicarse las inconsistencias de una cotidianeidad persistente, en estado de crisis».
Bienvenida pues esta Catarsis, una exposición madura y sólida que, para suerte de quienes pasen y lleguen a este espacio expositivo a la vera de nuestra Plaza Mayor, nos muestra a estos ocurrentes mellizos fuera de su ámbito original.
