Las mujeres rurales son fundamentales para el progreso en esas zonas de nuestra geografía en las que hoy, como nunca, resulta vital incentivar el desarrollo e impulsar las potencialidades locales, un esfuerzo que pasa también por frenar las brechas de género y trabajar por la autonomía y el empoderamiento de ellas, como protagonistas de su propio desarrollo.
En ese camino hacia un futuro más justo y equitativo las mujeres rurales cuentan. Mirar con lupa las desigualdades, allí donde viven y trabajan, también contribuye a un mundo más justo, donde todas las personas tengan las mismas oportunidades de ser felices.