(Escrito por: María Regla Figueroa Evans)
El lunes 13 de enero, tras varios intentos, dio inicio la tercera temporada de Al habla con los muertos, una serie humorística que regresa con ocho capítulos de 28 minutos cada uno. Una vez más, la dirección está a cargo de Alberto Luberta Martínez, mientras que el guion y la codirección son responsabilidad del experimentado Amílcar Salatti.
El elenco está compuesto por Ray Cruz y Yaremis Pérez en los roles protagónicos, acompañados por Yailín Coppola, Carlos Gonzalvo (conocido por su personaje Mentepollo), Carlos Luis González, Nieve Riovalles, Amada Morado, Carlos Migueles, Jorge Ryan, Venecia Feria, Chavelis Díaz, Roque Moreno, Hilario Peña, Rebeca Rodríguez, Daniel Amat y Yamira Díaz. Esta mezcla de actores jóvenes y experimentados aporta frescura y solidez al proyecto.
En el equipo técnico destacan Jorge Luis Frías como director de fotografía, Carlos Enrique Pérez en el sonido, Miguel Ángel Tur como director de arte, Nelson Rivera y su equipo en la producción, Yanexis Pérez en el maquillaje, y Kirenia Reguera en el diseño de vestuario.
Una de las principales diferencias de esta tercera temporada con respecto a las anteriores es el cambio temporal. La historia transcurre en el año 2018, lo que lleva a los personajes a salir de sus entornos habituales: no hay funerarias ni morgues. Esta nueva ambientación promete ofrecer un giro interesante y renovado a la trama.
En esta temporada, solo dos escenas tienen lugar en la oficina; el resto de la trama se desarrolla en locaciones externas, alejadas del entorno fúnebre que tuvo un peso significativo en la primera temporada.
Otro aspecto distintivo de esta entrega es el tránsito de los protagonistas, Indira y Miguelito, por diversas situaciones que resultan cruciales para reencontrarse con sus vidas. Indira busca mejorar su economía dejando atrás su trabajo como manicurista, mientras que Miguelito desea alejarse de su rol como tanatopractor.
Al habla con los muertos es una serie cuyo proyecto captó la atención de Alberto Luberta en 2019, cuando fue invitado a dirigirlo. Desde entonces, el también escritor quedó atrapado por la propuesta y, con el tiempo, ha encontrado nuevas perspectivas para seguir liderando el proyecto.
La serie adopta un humor peculiar, muy alineado con los intereses de Luberta, aunque representa un desafío debido a la complejidad de encontrar el tono adecuado que cumpla con las expectativas del público.
En esta tercera temporada, al igual que en las anteriores, Alberto Luberta Martínez espera que los televidentes disfruten cada puesta en escena y encuentren un espacio para relajarse, evitando asociar el programa con experiencias personales relacionadas con la pérdida, como alguna vez mencionó una espectadora.