Motivados por el loable quehacer de atesorar el conocimiento, los bibliotecarios cubanos arriban este siete de junio a celebrar el 74 aniversario de establecida tal conmemoración. Las salas, anaqueles, archivos y libros en general están a disposición del usuario con el fin de incentivar la lectura y preservar la memoria histórica nacional y local.
Las bibliotecas devienen espacio ideal para desplegar múltiples actividades. Academias, universidades, escuelas y centros de investigación son algunas de las instituciones que albergan bibliotecas como parte de su estrategia formativa. En memoria del nacimiento del eminente bibliógrafo e historiador Antonio Bachiller y Morales, desde 1950 se celebra el Día del bibliotecario cubano.
En Cuba, el público tiene acceso gratuito a un caudal de información que trasciende el formato tradicional impreso. A tono con la difusión de las nuevas tecnologías, un gran reto se vislumbra en el horizonte cercano, cada vez concurre menos auditorio a las salas de lectura con el fin de obtener información. El despliegue de iniciativas propias en asociación con otras entidades culturales es la herramienta para multiplicar ámbitos y evolucionar contextualmente.
En conversación con la licenciada Analay Juvier Águila, directora de la Biblioteca Provincial «Roberto García Valdés», conocimos de la interrelación de esta majestuosa edificación con las escuelas del territorio y el estrecho vínculo con la comunidad, traducido en visitas a casas de abuelos, celebración de peñas educativo pedagógicas y tertulias literarias. «Nuestro colectivo, integrado por bibliotecarios, técnicos y personal de apoyo tiene como estandarte la constante búsqueda de opciones para que la lectura dure y perdure, en tal sentido se mantiene un trabajo estable en la página institucional de Facebook; además existe la intención de próximamente tener presencia en Youtube», dijo.
Enhorabuena para el gremio de la bibliotecología, colectivo imprescindible para resguardar y diseminar el saber. ¡Felicitaciones!