Recuerdo –o más bien ni recuerdo a ciencia cierta- aquel primer lugar del lomerío Guamuhaya al que subimos, equipos de tv en mano, para reportar el inicio de un programa que ya cumple 21 años de beneficio para los pobladores de zonas apartadas en Cienfuegos.
En aquel entonces, Mercedes López Acea, primera secretaria del Partido en la provincia, nos pidió a instancias de Fidel, conocer al detalle cómo se levantan los inmuebles, luego su dotación de recursos y la asistencia de pobladores. Así que una y otra vez subimos o bajamos lomas para llegar a lugares tan intrincados como El Naranjo, Hoyo de Padilla, San Narciso, Vista Alegre, Cabagán, Yaguanabo…
20 Salas fueron construidas en Cienfuegos y 7 correspondían al lomerío. Fue un acontecimiento… hubo sitios a los que los materiales llegaron sobre mulos… con Idania Tejera, la funcionaria que atendía la prensa en el Partido Provincial, caminamos kilómetros y kilómetros, con ella a rastros, literalmente… los camarógrafos Paco, Yuramis, Castillo, quizás hubo otros… años después volvimos una y otra vez para conocer un programa fruto del ingenio del Comandante en Jefe…
Las salas de televisión –desde siempre- son el centro cultural más importante de esas comunidades, utilizan fuentes renovables de energía y dotadas de televisión y equipos de video, la gente se reúne cada noche para ver el Noticiero, la novela de turno y algún que otro material didáctico aportado, incluso, por los propios pobladores.
En 21 años han crecido en propósitos, ya cuentan con colecciones diversas de libros, los niños del asentamiento hacen públicas sus creaciones artísticas, hasta allí llega el personal de Salud para dar conferencias y hacer su trabajo de orientación social… y tuvimos con el decurso junto a Raúl Isidrón, la tarea de dar a conocer a Cuba al mundo una añadidura: los servicios de rehabilitación.
Desde 2004 se convirtieron en pequeños centros para atender dolencias como la artritis, hipertensión, diabetes, asma bronquial y otras dolencias. Había que ver a aquella gente en la musicoterapia –de la cual fueron primeros en el país, como la experiencia misma de diseminar cultura, recreación y salud en sitios a donde los hierros de barras, paralelas y bicicletas llegaron a pura odisea… y han transcurrido 21 años…
La vida nos enseñó a todos lo que se hizo para que comunidades apartadas de Cienfuegos no sintieran lejanías o difícil acceso a servicios elementales. Fidel y su Revolución –la nuestra- proyectaron programas para luego multiplicarlos en toda Cuba. Hoy contaba anécdotas a mis colegas con ese orgullo de haber vivido desde sus inicios una verdadera revolución, que todavía se agradece por la población rural y es inspiración para mejores reportes de prensa.

