Racionalizar y ahorrar, antídotos contra la sequía en Cienfuegos

Considerado hasta la fecha, de noviembre de 2022 a febrero de 2023, el período más seco de los últimos 58 años, la situación obliga a reflexionar sobre la imperiosa necesidad de extremar las medidas de ahorro y racionalización en el uso del agua, en especial aquellos que dependen del suministro de obras de captación (fuentes de abastos) de los diferentes acuíferos de la provincia de Cienfuegos.

Para comprender mejor la envergadura de la crisis en la disponibilidad de ese recurso hídrico vital, debemos recordar que la única vía de alimentación de las cuencas subterráneas, de las que se sirve la mayoría de la población del territorio sureño, lo constituye la lluvia, y justo esa es la que ha escaseado en lo que va del llamado período seco, comprendido de noviembre a abril.

De acuerdo con los datos facilitados por el MSc ingeniero Luis Estupiñán Suárez, especialista de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico, según la media histórica, en lo que va de período seco debíamos tener un acumulado de 220,4 milímetros de precipitaciones, y solo se registran 54 mm, lo que significa que apenas estamos al 24, 5 por ciento del valor promedio para la etapa.

El comportamiento negativo resulta similar para los ocho municipios, de modo que, en orden descendente, Aguada está con 181, 4 mm por debajo, Rodas (175, 7), Palmira (172), Cruces (171), Cumanayagua (162,9), Cienfuegos (126) y Abreus (149).

La principal consecuencia del déficit de lluvia está en que en este preciso momento se encuentren afectadas 24 obras de captación, de ellas una total y el resto parcial, hecho que deriva en el insuficiente abasto de agua potable por esa vía a casi 19 mil cienfuegueros que dependen de fuentes que se nutren de las cuencas subterráneas CF-1 Hánabana, CF-3 Abreus, CF-4 Cartagena, CF-6 Cienfuegos, CF-7 Cumanayagua y CF-5 Lajas.

Por supuesto, las autoridades de la provincia no se han cruzado de brazos a fin de contrarrestar el efecto de la escasez de precipitaciones. Entre las principales medidas cuenta la activación del grupo temporal de enfrentamiento a la sequía.

Otra importante acción es el levantamiento de aquellas obras de captación próximas a otras de acueducto y cuya explotación de las primeras podría incidir en el consumo del preciado líquido con destino en la población. A propósito, en tal sentido adquiere total vigencia la aplicación de la Ley número 124, de las aguas terrestre, en cuyo artículo 46,1 queda establecido la prioridad del servicio del recurso ante eventos extremos.

A todas luces, la actual situación obliga a extremar, en primer lugar, el ahorro de agua por parte de todos los consumidores, tanto del sector residencial como estatal, con el convencimiento de que solo con una actitud consciente se podrá preservar del recurso hídrico.

A juicio de Estupiñán Suárez no menos importante resulta reducir los horarios de bombeo de aquellas estaciones encargadas de ese suministro, como también es imprescindible alargar los plazos de entrega a los consumidores hasta tanto puedan recuperarse las fuentes, de mejorar las condiciones climatológicas en cuanto a la lluvia como se espera cuando rompa la primavera..

En otro orden, el especialista de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico precisó que otro comportamiento bien diferente muestran las aguas superficiales, toda vez que los seis embalses de la provincia, en su conjunto, acumulan el 82 por ciento de su capacidad de llenado. A saber, los complejos de las presas Paso Bonito y Abreus abastecen del líquido a la población de la ciudad de Cienfuegos y otros pueblos y asentamientos ubicados en las rutas de esas redes de distribución de acueducto.

Ahora bien, aclara el experto, disponer de las aguas superficiales no quiere decir que en determinado momento no existan afectaciones, como ha ocurrido, por avería en los sistemas de bombeo de ambas plantas potabilizadoras o la misma falla de fluido eléctrico a consecuencias de apagones programados o no, a falta del completamiento de los grupos electrógenos.

Por otro lado, tampoco puede desestimarse el elevado número de salideros que se detectan a diario en las redes de repartos y barrios de la capital provincial, no pocos de ellos provocados por indisciplinas de los propios consumidores con acometidas sin los adecuados requerimientos técnicos. Ello, unido al sobreconsumo de algunas entidades estatales, también puede contribuir a la inestabilidad en el servicio de abasto.

Por. Armando Sáez Chávez / 5 de Septiembre Digital

Por Armando Benito Sáez Chávez

Licenciado en Educación. Máster en Educación. Periodista de la Editora 5 de Septiembre.

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