(Escrito por: Luis Casariego / Foto: RT)
Rudy Mora estuvo de cumpleaños el pasado 23 de noviembre. Nació en nuestra Ciudad de La Habana, que también celebra su 505 aniversario, y no queríamos pasar por alto esta fecha, en un mes en el que muchos trabajadores de nuestros medios también cumplen años.
Rudy es un reconocido realizador de series televisivas exitosas y polémicas como “Diana”, “Doble juego” (2002), una novela distinta y necesaria, y “La otra cara”, además de numerosos videoclips (fue uno de los pioneros en Cuba), en su mayoría realizados junto a Orlando Cruzata.
“Doble juego” es una telenovela cubana producida por nuestra televisión en 2002. Escrita y dirigida por Rudy Mora, innovó radicalmente el género y se convirtió en un rotundo éxito nacional. Por primera vez en la telenovela cubana, una de las protagonistas pertenece al ambiente marginal urbano de la capital, retratado con gran riqueza. Un año después, la obra tuvo una versión cinematográfica basada en una síntesis de los capítulos. Presenta una historia de adolescentes, sus padres y maestros, que promueve la comprensión y aceptación. La trama refleja los conflictos de la sociedad cubana actual, mostrando tanto sus errores como sus virtudes. Nueve adolescentes, en torno a la escuela y a una profesora de Español y Literatura, hablan y se comportan como cualquier hijo de vecino, sin esquemas ni discursos vacíos. En el trasfondo aparecen una rica galería de prototipos humanos: “bisneros”, prostitutas, presidiarios, consumistas, frívolos, machistas e intolerantes, una gama de esos seres humanos que, a veces con prejuicio, llamamos gente simple o común. Con el tema de presentación de Polito Ibáñez, la obra demostró que cualquier tema puede ser tratado con sagacidad e inteligencia.
Rudy Mora ha dirigido dos filmes: “Y, sin embargo…” (2012) y “Leontina”, ambos integrados al cine cubano y protagonizados en su mayoría por niños. Ha colaborado con proyectos relacionados con “La Colmenita” como “Viva Cuba” de Juan Carlos Cremata (2005), “Habanastation” de Ian Padrón (2011) y su propia obra “Y, sin embargo…” (2012). Como realizador, se destaca por la solidez y dominio de su lenguaje cinematográfico, sus habilidades narrativas, la dirección actoral, artística y fotográfica, con un sentido especial del ritmo y precisión en sus puestas en escena.
“Leontina” narra las aventuras de cinco niños aficionados a las artes que, tras salir de un campamento internacional, llegan a un poblado donde nadie sonríe. Allí, comienzan a cambiar el ambiente con sus pinturas. Para continuar compitiendo, necesitan pintura azul y emprenden una travesía hacia “Palma Blanca”, donde hay una tienda llamada “El Legionario”, que regala golosinas y vende extractos de sentimientos. En el camino, enfrentan obstáculos impuestos por representantes locales llamados “Los Magníficos”. La película celebra la alegría, la diversidad y la amistad, con un guion del propio Rudy Mora, música de Juan Carlos Rivero y diseño sonoro de Osmani Olivares. Se realizó un casting de más de 300 niños, incluyendo a Olo Tamayo, de “La Colmenita”, quien interpretó a “Lapatún” en “Y, sin embargo…”.
“Y, sin embargo…” es la ópera prima de Rudy Mora, basada en la obra homónima adaptada del dramaturgo ruso Alexander Jmélik. La historia, protagonizada por “Lapatún”, es una alegoría sobre la constancia humana para defender los sueños, con música de Silvio Rodríguez. La película destaca por la interpretación de los niños, la banda sonora, la dirección artística y la participación de reconocidos actores cubanos en roles secundarios. Representa un llamado a luchar por los sueños desde la fantasía, con la intención de conectar universalmente con diferentes culturas.
En una entrevista, Rudy expresó sobre la televisión cubana: “A pesar de sus dificultades, permite hacer una televisión de autor. Mi visión ha estado siempre en el cine, por su lenguaje y la permanencia en el tiempo”. Sobre el cine, mencionó: “Es un destino, aunque seguiré en la televisión. Me interesa cultivar una televisión distinta, que implique búsqueda y propuestas movilizadoras”.
Al referirse a su primera película, confesó: “Nunca pensé que sería una película para niños. No la asumí como tal, sino como una historia para todas las edades. Que los niños sean protagonistas ha sido azar”. Sobre su conexión con la realidad, afirmó: “Los cubanos somos soñadores. Quisiera que la película fuera un canto para Cuba, un impulso para seguir soñando y creyendo. La frase final, ‘no al mal de la inconstancia’, la aplico a todas las facetas de la vida”.
Rudy Mora se destaca por ofrecer una poética discursiva inusual en la televisión cubana, demostrando que cualquier tema puede ser tratado con sagacidad e inteligencia. En este aniversario de vida, le deseamos que continúe brindándonos su arte y aportes novedosos a nuestros medios televisivos.