Cuando la fuerza de un huracán arrasa todo a su paso, solo un mar de solidaridad es capaz de revertir los daños. Bien lo sabe Pedro Vives, quien a sus 74 años de edad ha estado en tierras pinareñas en tres ocasiones.
“Entre 2003 y 2005 estuve en San Juan y Martínez, en 2007 y 2008 en Consolación del Sur y ahora aquí. Me siento igual que los jóvenes, mientras tenga salud, aquí voy a estar y mi familia está orgullosa de mí. Cuando yo firmé este contrato, yo dije que venía hasta que se clavar la última puntilla. Estaré el tiempo que sea necesario.”
Pedro José Vives Córdoba trabaja junto a su padre en estas labores y junto a otros jóvenes confirma lo ya dicho por su modelo a seguir: nadie se mueve mientras haya tareas por cumplir.
Es así que además de las áreas de protección del tabaco ya dieron por terminado el consultorio de la comunidad. “Estamos trabajando sin parar, los domingos los dedicamos a las instituciones sociales que necesite reparación. Cada día es un nuevo reto pero vamos a cumplir con la palabra que empeñamos”.
30 campesinos de todos los municipios cienfuegueros llegaron hasta los poblados de Palenque y Piloto pertenecientes a Consolación de Sur. Solo 11 de 113 casas de tabaco quedaron en pie en estas demarcaciones, recuperarlas es el objetivo fundamental a pesar de la carencia de materiales, medios de trabajo y protección.
Jornadas de trabajo intensas que son compensadas con el agradecimiento de los pinareños. Yo estoy orgulloso de su trabajo y comportamiento. Aquí somos bien llevados y los cienfuegueros son especiales, explicó José Manuel Dago Alfonso, productor tabacalero.
Asimismo Fermín Bencomo Reumón agrega que la cooperación es bien fuerte, nosotros los ayudamos en todo los que necesiten para, de esta forma recuperar las casas y que ellos puedan regresar a su provincia lo antes posible.
Luego de más de 10 días, carpinteros y ayudantes colaboran en todas las tareas, necesarias en la tierra del tabaco.